martes, 27 de octubre de 2009
me enamoro de tu imagen
sábado, 10 de octubre de 2009
te extraño...
miércoles, 7 de octubre de 2009
a veces la felicidad...
A veces la felicidad entra a través de la ventana de tu cuarto y se recuesta a tu lado mientras duermes y te besa tiernamente el cuello, se introduce a tu cabeza y se encierra con llave para no salir en mucho tiempo, en ocasiones la felicidad tiene nombre y rostro de mujer, tiene labios adictos a besarte la sonrisa, miradas, colores y voces, tiene ojos que reflejan belleza pese a que el mundo se caiga en pedazos, nariz que exhala aromas dulces y sonidos alegres, tiene oídos que escuchan y no fingen hacerlo, cabellos que le hacen cosquillas al viento, ternura que te hace valiente, en ocasiones la felicidad te anima a visualizar mejor todo aquello importante con disfraz de tontería, a veces esta felicidad tiene dientes que muerden el alma, el corazón y la razón, dientes que duelen con delicia exagerada, esa felicidad que da confianza, que te permite precipitarte hacia el vacío con ojos cerrados y frenar a tiempo, la felicidad que te orrilla a la incertidumbre de seguir a la deriva y arriesgar todo o nada. Mi felicidad: mi Ceci.
martes, 6 de octubre de 2009
viernes, 2 de octubre de 2009
MEMORIAL DE TLATELOLCO Rosario Castellanos
Rosario Castellanos
La oscuridad engendra la violencia
y la violencia pide oscuridad
para cuajar el crimen.
Por eso el dos de octubre aguardó hasta la noche
para que nadie viera la mano que empuñaba
el arma, sino sólo su efecto de relámpago.
¿Y a esa luz, breve y lívida, quién? ¿Quién es el que mata?
¿Quiénes los que agonizan, los que mueren?
¿Los que huyen sin zapatos?
¿Los que van a caer al pozo de una cárcel?
¿Los que se pudren en el hospital?
¿Los que se quedan mudos, para siempre, de espanto?
¿Quién? ¿Quiénes? Nadie. Al día siguente, nadie.
La plaza amaneció barrida; los periódicos
dieron como noticia principal
el estado del tiempo.
Y en la televisión, en la radio, en el cine
no hubo ningún cambio de programa,
ningún anuncio intercalado ni un
minuto de silencio en el banquete.
(Pues prosiguió el banquete.)
No busques lo que no hay: huellas, cadáveres
que todo se le ha dado como ofrenda a una diosa,
a la Devoradora de Excrementos.
No hurgues en los archivos pues nada consta en actas.
Más que aquí que toco una llaga: es mi memoria.
Duele, luego es verdad. Sangre con sangre
y si la llamo mía traiciono a todos.
Ésta es nuestra manera de ayudar a que amanezca
sobre tantas conciencias mancilladas,
sobre un texto iracundo, sobre una reja abierta,
sobre el rostro amparado tras la máscara.
Recuerdo, recordemos
Hasta que la justicia se siente entre nosotros.
ÉSTOS SON LOS AGITADORES: IGNORANCIA, HAMBRE Y MISERIA
Manta en la Manifestación del Silencio, viernes 13 de septiembre de 1968